Miedo
Cuando el miedo nos controla tenemos tres opciones huir, paralizarnos o atacar. El miedo está controlado por nuestro cerebro más primitivo o cerebro reptil el encargado de la supervivencia más básica. Si viene un león ¿qué haces? “correr por tu vida”, “quedarte quieto”, “gritar y tirarle cosas”.
Por suerte es poco probable que nos ataque un león. Así que activamos nuestro miedo con otros peligros más contemporáneos como pueden ser las redes sociales, nuestro león actual.
Se produce una contracción física generalizada. Un cuerpo y una mente relajada no tienen miedo.
Curiosidades del miedo.
Nuestras pupilas se dilatan más de lo normal.
Existen miedo genéticos como los ruidos grandes.
El miedo se encuentra muy presente en las supersticiones y en las religiones.
Las fobias alteran nuestra percepción del mundo. La araña es más grande ante nuestro ojos.
Dispara los contenidos de glucosa en sangre para alimentar el cerebro.
Ejercicios
Contracción y desbloqueo físico.
Nos colocamos en una posición neutra, ya sea sentado o de pié. Con los ojos cerrados, imaginamos que tenemos algo que nos da miedo delante nuestro a la derecha, abrimos los ojos y reaccionamos físicamente, si no estamos concentrados puede que no suceda nada, si es así, forzamos la reacción exagerando la emoción. Sin hacernos daño tensamos el cuerpo y el rostro durante al menos 3 segundos. Lo soltamos, relajamos el cuerpo mientras observamos nuestras sensaciones. La idea es ser conscientes de donde se encuentran nuestros puntos de tensión del miedo.
Puede que sientas dolores en el cuello, en el pecho, en la cabeza. Son lugares de exploración para conocer como reacciona nuestro cuerpo ante el miedo. Es muy importante relajar el cuerpo después de cada tensión. Respiramos.



